Aquí dejo un vídeo precioso. Es mudo, como la oración. En él se trata de un padre (Dios) y la comunicación que tiene con su hija (nosotros). En nuestra relación con Dios pueden surgir distintos tipos de incomunicaciones:
  • Creer que rezar es una comunicación unidireccional: nosotros tenemos sólo un micrófono (emitimos peticiones) pero no auriculares (respuesta)... quizá Dios nos escuche, pero no nos responde.
  • Preferir hacernos los sordos, no descolgar el teléfono, vivir de espaldas a Dios, no vaya a ser que hable... Esta postura es la más cómoda, porque dios sería aquí "algo" del que me desconecto fácilmente, en vez de "Alguien" a quien vincularme.
  • Creer que no existen los auriculares y/o que no existe Dios. Nadie nunca les ha mostrado al Dios vivo. O no les han enseñado a hablar con él y por eso creen que simplemente no se puede. Es el "dios desconocido" de la Antigua Grecia ante el que sólo se puede callar sin esperar respuesta.
Pero no, lo fascinante es que Dios está vivo, él es "Alguien" y quiere comunicarse personalmente contigo. Eres su hijo y no te va a abandonar en el silencio del vacío. Como se muestra en el vídeo, Él es el Padre bueno que estará siempre esperando a que volvamos, incansablemente, irracionalmente, inmerecidamente. Y construirá cada mañana mil tipos de audífonos, a través de cientos de personas. (Quiero pensar que nuestro taller es uno de esos auriculares mágicos; no el único, pero sí uno de ellos)
Él es, en definitiva, el más interesado en hablar contigo... ¿nunca lo habías visto de este modo?