No son pocas las veces que en el evangelio, podemos descubrir a Jesús disfrutando. No es que se nos diga muy claramente en los textos, pero, de alguna forma, se puede llegar a percibir que era así, que Jesús disfrutaba, que pasaba buenos ratos. Suele tratarse de encuentros con personas, con sus amigos o con quien se acerca a Él y con los que acaba compartiendo mesa.

Contemplar esas dimensiones más puramente humanas de la vida de Jesús, como puede ser esta del disfrute, también puede iluminar nuestro día a día: hay un estilo en su forma de disfrutar donde prima el encuentro auténtico con cada persona, la sencillez, el sentido de celebración y de acción de gracias, que puede ser para nosotros una buena pista.

Y dar paso así a una espiritualidad del disfrute sencillo, del gozo por lo pequeño, en torno a nuestras cenas o a nuestro ocio, al modo que Jesús lo hacía, donde lo importante sean los corazones de esas personas con las que compartimos mesa. Disfrutando.

(Posted by CL & MM)