Una palmada en la espalda o un abrazo cuando ha sido un mal día. Una llamada, que hace que la vida tenga otro color cuando ha terminado. Un café tranquilo, o una cena sencilla compartida. Lo más natural que nos hace hermanos, lo construimos día a día, crece, madura y se mantiene con nosotros. La amistad es un cauce de expresión de lo que soy con el otro y de lo que el otro es conmigo, un regalo que Dios pone en mis manos y que con cariño y ternura acojo en mi vida.


Ya no os llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace el amo. A vosotros os he llamado amigos porque os comuniqué cuanto escuché a mi Padre. (Jn 15, 15)

Descargar Oración: Amigos