La cuaresma es un tiempo de preparación interior a la Pasión de nuestro Señor, es preparar el corazón para vivir su muerte y resurrección. Pero no sólo es eso; es un tiempo de renovación. No sólo se limita la renovación de la Iglesia, Comunidad o Parroquia; sino sobre todo a nivel interior y personal. Es un tiempo de oportunidad de mejora personal. El mismo Papa Francisco nos dice que “el pueblo de Dios, tiene necesidad de renovación, para no ser indiferente y para no cerrarse en si mismo”.
Rasgad los corazones y no las vestiduras; convertíos al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas." Quizá se arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda, la libación para el Señor, vuestro Dios. (Jl. 2, 13-14).